El extraño sueño de Ana (parte3)

Ya había pasado varios días desde que comenzó el entrenamiento. Y Ana cada día aumentaba su estrés. Los chicos llegaban magullados y cansados. Ana ya se había acostumbrado a su nuevo hogar. Limpiaba y cocinaba, lavaba en un lavadero la ropa sudorosa y lodosa de entrenamiento.
Miuhel
se habia tomado el tiempo para enseñarle como funcionaban las cosas en
ese lugar. Ana extrañaba la tecnología, sus redes sociales y sus amigos
virtuales. ¿La extrañarían? ¿Preguntaran por ella? Así que pasaba
entretenida en acomodar su nuevo hogar a su gusto y parecer. La energía
de la casa era aparentemente solar. Ana no veía conectores ni cables
solo apagadores.
La cocina estaba conectada a un biodigestor; por lo cual, con los desechos de la casa se alimentaba.
La despensa estaba llena a reventar. No había refrigerador, pero por alguna extraña razón los alimentos no se descomponían.
Miuhel
le habia explicado que la ropa que usaban provenía de el mismo lugar.
Habian elegidas que su trabajo era coser la ropa que usaban.
Miuhel llegaba a comer y aveces dormirtaba en una hamaca que tenia en el alero de la casa. Observaba lo amorosa que Ana era con los niños. Keylor ya le empezaba a decir mamá.
Aveces llegaba temprano solo para verla preparar la cena.
Un
día Ana limpiaba el jardín y encontró un pasadizo, un camino entre los
árboles y luego de un rato llegó a un pequeño ojo de agua. Una poza
rodeada de matas. Al inicio le pareció que alguien la podía ver. Pero
luego se atrevió a mojarse un poco los pies. Se retiró y no hizo ningún
comentario. Por las tardes tomó la costumbre de llegar a la poza y
meditar. Su maestro Waldemar le había enseñado a meditar muy bien. Su
nueva amiga Kumiko era muy discreta y solo se saludaban en las mañanas.
Ana llegó a devolver la amable visita a casa de Kumiko y en la conversación la menuda joven le dice:
-Me gustaría bajar a la ciudad ¿Me acompaña?
-¿Mercado? ¿ciudad?
-¿Sabía
que al pie de la ciudad hay otra ciudad? Ayer explorando llegué a un
camino y llegué a la ciudad. Es muy extraña. No se si es Grecia o
España.
Ambas mujeres se adentran en un bosque muy extraño. Parecía el ambiente más pesado. Después de un largo caminar. Las mujeres llegan a una ciudadela. La gente bulliciosa ofrecía todo a los marchantes. Ana se aturde. Busca a su amiga que se le ha perdido entre la multitud. Ana desubicada y se enreda en entre la multitud. Un chico se le acerca a ofrecer su producto. Y Ana siente desconfianza y quiere alejarse y se enreda en un charco de agua muy sucia y una camioneta mas sarrosa que mandada a hacer le venía en cima.
Un esbelto hombre la levanta entre sus musculoso brazos y la coloca fuera de peligro.
-¿Estas bien? ¿Puedes levantarte?
Ana mas avergonzada que adolorida se levanta.
-Si...gracias por salvarme.
-No te había visto por aquí... ¿Eres de los lunáticos que viven allá arriba de la montaña?
-¿Perdón? ¿lunaticos dices?...Dispensa y Gracias otra vez...debo buscar a Kumiko.
Ana camina unos pasos y se encuentra con la fría y acusadora mirada de Miuhel. Quien la toma de la mano.
-¡Mira como quedaste! Ni con 7 baños quedaras limpia.
-¿Donde esta Kumiko?
- Castigada...ustedes no entienden que este mundo será exterminado. Esos son elegidos que no quieren seguir su camino. Igual que nosotros estuvieron en el primer peldaño del cielo. Pero prefieren seguir viviendo en el mundo común.
-¿Por qué no hay una barrera o algo para evitar cruzar?
-Por que se supone que la estadía es voluntaria. Quieres irte...es problema tuyo. Eres libre de voluntad. Pero un elegido sabe bien que y a quienes enfrentaremos. Nuestro espíritu debe ser firme
Dos hombres vestidos de negro la esperan. Ana ya sabe donde irá. Luego de pasar por la piscina de la purificación. Ana es colocada en "El retiro de la soledad". Un enorme campo similar al campo aromático. Pero era en esencia distinto. Había cruces y pequeñas capillas donde meditar y reflexionar. Ana lleva ropas blancas. Esta muy confundida. Le han hablado de la purificación y una nueva humanidad. Pero nunca lo veía.
Sentada sobre una piedra miraba a otros elegidos meditando. Quizas aun no estaba listos o habían cometido el error de bajar al mundo exterior. Levanta la mirada y mira sobre las nubes los edificios de los otros círculos del cielo. Ella debería estar agradecida de estar ahí. Eso era real. No hay tecnología en la tierra que proyecte en un cielo matutino una estructura tan realista.
De pronto siente un toque en el hombro. Al virar mira a un joven muy atractivo de unos 18 años. Su ropa una camiseta azul y jeans.
Ambas mujeres se adentran en un bosque muy extraño. Parecía el ambiente más pesado. Después de un largo caminar. Las mujeres llegan a una ciudadela. La gente bulliciosa ofrecía todo a los marchantes. Ana se aturde. Busca a su amiga que se le ha perdido entre la multitud. Ana desubicada y se enreda en entre la multitud. Un chico se le acerca a ofrecer su producto. Y Ana siente desconfianza y quiere alejarse y se enreda en un charco de agua muy sucia y una camioneta mas sarrosa que mandada a hacer le venía en cima.
Un esbelto hombre la levanta entre sus musculoso brazos y la coloca fuera de peligro.
-¿Estas bien? ¿Puedes levantarte?
Ana mas avergonzada que adolorida se levanta.
-Si...gracias por salvarme.
-No te había visto por aquí... ¿Eres de los lunáticos que viven allá arriba de la montaña?
-¿Perdón? ¿lunaticos dices?...Dispensa y Gracias otra vez...debo buscar a Kumiko.
Ana camina unos pasos y se encuentra con la fría y acusadora mirada de Miuhel. Quien la toma de la mano.
-¡Mira como quedaste! Ni con 7 baños quedaras limpia.
-¿Donde esta Kumiko?
- Castigada...ustedes no entienden que este mundo será exterminado. Esos son elegidos que no quieren seguir su camino. Igual que nosotros estuvieron en el primer peldaño del cielo. Pero prefieren seguir viviendo en el mundo común.
-¿Por qué no hay una barrera o algo para evitar cruzar?
-Por que se supone que la estadía es voluntaria. Quieres irte...es problema tuyo. Eres libre de voluntad. Pero un elegido sabe bien que y a quienes enfrentaremos. Nuestro espíritu debe ser firme
Dos hombres vestidos de negro la esperan. Ana ya sabe donde irá. Luego de pasar por la piscina de la purificación. Ana es colocada en "El retiro de la soledad". Un enorme campo similar al campo aromático. Pero era en esencia distinto. Había cruces y pequeñas capillas donde meditar y reflexionar. Ana lleva ropas blancas. Esta muy confundida. Le han hablado de la purificación y una nueva humanidad. Pero nunca lo veía.
Sentada sobre una piedra miraba a otros elegidos meditando. Quizas aun no estaba listos o habían cometido el error de bajar al mundo exterior. Levanta la mirada y mira sobre las nubes los edificios de los otros círculos del cielo. Ella debería estar agradecida de estar ahí. Eso era real. No hay tecnología en la tierra que proyecte en un cielo matutino una estructura tan realista.
De pronto siente un toque en el hombro. Al virar mira a un joven muy atractivo de unos 18 años. Su ropa una camiseta azul y jeans.
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